Ese estallido final de la hinchada, que detonó por cuadras y cuadras, marcó algo más que un triunfo. River sufrió de lo lindo en los minutos finales, pero rescató un triunfo ante Vélez digno de campeonato, que le permitió quedar como único líder del torneo. El tan esperado día llegó, y finalmente los de Ramón miran a todos desde lo más alto de la montaña.

En juego y organización, River fue un equipo capaz de salir campeón. Sin embargo, mostró otra cara en la definición, desperdiciando infinidad de situaciones. El gol, le llegó tras un fallido saque de arco de Sosa, que Lanzini llegó a cabecear para dejar mano a mano a Teo Gutiérrez, quien no falló. Con eso, alcanzó.

El correr de los minutos fue llevando al Millo a retrasarse, aunque alternando el manejo de la pelota con Vélez. Teo y Balanta salieron lesionados, y ahí fue cuando el Fortín se animó a ensayar una avanzada. Chichizola y la firmeza del fondo evitaron el empate y, tras tanto sufrimiento, llegó el tan esperado grito de desahogo de plantel y público.

Salió el sol en Núñez, donde floreció un panorama ideal. Con 27 puntos, River se aprovechó de los empates de Estudiantes y Colón, y ahora sólo tiene un rival que lo puede alcanzar: Gimnasia, con 24, recibirá el lunes a All Boys. Teo, con su gol, invitó a los hinchas a subirse a la ilusión de todos los Millonarios: volver a mencionar la palabra campeón.

Gentileza diario "Olé"